Un superalimento: el aceite de coco

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El Aceite de Coco se ha usado en la alimentación durante cientos de años, incluso aún en la actualidad muchas poblaciones del pacífico lo tienen como base de su dieta. Contrariamente a lo que la industria alimenticia nos ha hecho creer alimentando el mito del colesterol y las grasas saturadas, estas poblaciones disfrutan de vidas sanas y las enfermedades coronarias les son prácticamente desconocidas. Pero para nosotros, la preparación de alimentos con Aceite de Coco nos es prácticamente desconocida, de manera que en este artículo explicaremos como iniciarse en el uso de este aceite.

Para empezar, debemos decir que en muchos idiomas la traducción correcta de este alimento es Manteca de Coco y no Aceite de Coco. En realidad, ambas cosas son lo mismo. Lo que ocurre es que el Aceite de Coco es líquido por encima de los 25 grados centígrados aproximadamente y, por debajo de esta temperatura, pasa a un estado sólido parecido al de la mantequilla. Sin embargo, cabe resaltar que el Aceite de Coco no se degrada ni pierde propiedades al pasar de un estado al otro, por lo que no debe preocuparnos el estado en que lo compremos ni el que usemos para conservarlo, que dependerá de la temperatura en el lugar de almacenaje. No hay que olvidar que la solidificación del aceite y su licuación son características de todos los aceites vegetales, y la única diferencia de uno a otro son sus puntos de solidificación y licuación, que el caso del Aceite de Coco, son ligeramente inferiores a otros aceites.

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Mayoritariamente, este aceite proviene de países asiáticos o africanos, en los que el cultivo, la recolección, el prensado y el empaquetado se realiza de manera manual y sostenible. Por ese motivo, es más caro que el aceite vegetal habitual.

Sin embargo, el precio no debe asustar a nadie porque lo cierto es que la merma en la cocina del Aceite de Coco es mínima. Esto se debe a que resiste mucho mejor los cambios de temperatura (no se oxida) y por lo tanto, a la hora de freir, nos durará muchísimo más que cualquier otro aceite o grasa vegetal. Por otro lado, dada su consistencia, este aceite se absorbe mucho menos por los alimentos que otros aceites.

Los beneficios de este producto, tanto a nivel externo – mejorando e hidratando cabello y piel- , como a nivel interno al ayudar al mantenimiento de nivel de colesterol, a la pérdida del peso, a estimular el sistema del inmune o a la digestión entre muchos otros, hacen de éste un superalimento que deberíamos incluir en nuestra dieta.